viernes, enero 26, 2007

Rara nevada


Jose Antonio Montano me envía estos hermosísimos poemas de Jose Emilio Pacheco. Los leo en voz alta, intentando acompasar el ritmo al metrónomo impasible de la caída de la nieve. Su música es, entonces, perceptible como un atardecer; clara como la mirada de un perro; suave y golosa como el Armagnac gengiskantiano con el que me caliento la garganta.

NOCHE Y NIEVE

Me asomé a la ventana y en lugar de jardín,
hallé la noche constelada de nieve.
La nieve hace tangible el silencio.
Es el desplome de la luz y se apaga.
La nieve no quiere decir nada:
Es sólo una pregunta que deja caer
millones de signos de interrogación sobre el mundo.


CON LA IGNORANCIA DE LA NIEVE

Miro caer la nieve. Estoy en medio
de la nieve que cae iluminada
por una luz del otro mundo.

La nieve existe porque su descenso
deja su huella en mí, lo cubre todo
con su seda apagada.

Entre el aire de nieve me encamino
hacia la noche de Toronto, inmensa
llanura, lividez desamparada.

Abro otra puerta. No hay misterio: entiendo
que el mundo comenzó por ser de nieve.
En lo hondo de la nieve las estrellas
se dirían de nieve iluminada
y próxima a caer: Apocalipsis
silencioso y voraz como la nieve.


Si la mar es agua hecha luz, la nieve es agua hecha misterio, sólido enigma para perros y niños, que ambos resuelven del mismo modo: jugando.

(Esto último no es del poeta, sino mío.)

((Ya se nota.))

lunes, enero 22, 2007

EL EMBELECO (el juego de los errores)

En la última semana que nos ha tocado vivir, algunos, presumiendo que con la contrición se consiguen refuerzos, ese viento que sostiene la erección del mástil (o deberíamos escribir l’estaca, apropiándonos de un patrimonio dizque siniestro), algunos -decíamos- nos embaucan y narcotizan con la confesión pública del “error” cometido, sin dar la más mínima explicación de sus causas, para evitar su sana crítica y derivadas consecuencias; otros, en la parte opuesta, suponiendo que vareando nogales recogerán los frutos, nos endilgan sermones aporísticos sobre “errores” ajenos con el marchamo escatológico de siete nefastos vicios, siete, pero ayunos y abstinentes de análisis y razonamientos lógicos, tan alejados, éstos últimos, de la pariente paradoja planteada en su discurso hostil.

Esa reciente moda, y ese político afán, de definición y clasificación de los errores no deberían, si quisiéramos mantener la cabeza fría y las manos calientes, hacernos ideológicamente olvidar dos cosas. A saber, que la verdad no es política, ya que la política es apariencia de verdad. Y, por otro lado, que toda taxonomía del error está indefectiblemente sujeta al error de taxonomía.
Y es que siempre la política, no teniendo la nuda propiedad de voluntades ciudadanas, pretende aprovechar de su usufructo.


[Diarios 2007. ‘Viaje a Valencia’]


CORTES PUBLICITARIOS:

La alianza de civilizaciones poesía-ciencia continúa. Mora, Fernández Mallo… y ahora Javier Moreno,


Como un reactivo/ en la dosis correcta (una varilla/ de platino/ en una disolución de SO3 a 400º/ = ácido sulfúrico)/ un tanto de dolor puede obrar/ la metamorfosis/ del amor en odio” [Bayer].

Poesía postpoética, recursos hipertextuales, una montaña rusa post-postmoderna… y con premio, gordo.
Apaga y vámonos.


© Sr. Verle. 2007

miércoles, enero 10, 2007

Rumbo a Casablanca (¡Todos a cubierta!)

La goleta de tres palos, o polacra, está aparejada con, al menos, trece velas, a saber: tres velachos, tres foques, la trinquetilla, la vela de estay, las cangrejas del trinquete, del mayor y del mesana y las escandalosas del mayor y del mesana. Sumen: trece velas. Barco óptimo para el comercio: de sal, de azúcar, de especias, de esclavos... Barco de despejada cubierta, al carecer -salvo en el trinquete- de velas cuadras y de mucho querer el viento. Barco para la mar gruesa, para las rugientes cuarenta, para las fuerzas siete-ocho...
Cuatro blogueros, como los cuatro palos de la polacra incluyendo al bauprés, hemos decidido armarla y botarla: Melò, Bartlevy, Tsevanrabtan y un servidor. Pero una polacra nada es sin sus, al menos, trece velas. Otros tantos nicks escribirán ahí sus crónicas, sus ocurrencias, sus resúmenes o sus pesadillas. Y todos ellos, y todos ustedes, en cubierta: al sol, al viento, a la rueda, escalando -flechaste a flechaste- los obenques, guardando las vergas. Allí nos tendrán a partir de esta noche o de las primeras horas de mañana, según esté la marea. Su rumbo: http://nickjournalarcadiano.blogspot.com/
Para empezar, he aquí el público manifiesto que los cuatro firmamos y confirmamos.
Todos los nicks, un nick y un destino: el Nickjournal. Tres años de relaciones no se tiran por la borda cuando han desatado una complicidad propia de los lectores avisados de los antiguos diarios. El encantamiento, el deseo y el aprecio entre los paseantes continúan. Cuando el invento es bueno, no se zozobra: se atan los restos y se recupera el rumbo. Trama de afectos, decía su fundador, que se urdió sobre otras tramas: de conocimientos y sensibilidades de náufragos en época de naufragios. El NJ ha sido una buena aguja de marear que hizo de esos náufragos buenos navegantes y embajadores. Refugio de raros y curiosos, tímidos y golfos, mirones y exhibicionistas. Ha sido puerto donde recalar de travesías ingratas, pero puerto felizmente abierto a las inclemencias de la opinión mutua.

Queremos mantener los reflejos y la espontaneidad propios de un foro diario y continuo. Una corrala de vecindad que con sus filias, fobias, asomos y tribunas, ha ido tejiendo una red de afinidades intelectuales, más que ideológicas, una elección de sensibilidades y un mercado de razones sin precio.

El nick hace al hombre como el Nickjournal lo querencia. Sin estabularlo, sin domarlo, pero con atracción por la sábana. Una sábana que aquí seguirá siendo transparente, para que se vean todas las razones, corazones, roces y tocamientos, si es menester. Un territorio abierto hasta el amanecer pero sin vampiros. Seguir siendo eco y caverna -ilusión que multiplica la realidad-, casino y diligencia de correrías.

Emprendemos esta aventura con el soplo de Chesterton: “La idea que no trata de convertirse en palabra es una mala idea y la palabra que no trata de convertirse en acción es una mala palabra.” Sin pretensiones ni tensiones, invitados todos quedan a esta caravana de colonos. Como no somos comestibles, la complicidad está asegurada.
Bienvenidos a bordo. Buen viento de popa, marineros.

jueves, enero 04, 2007

Alicia y la energía

Dice Alicia: "La energía que tengo para alcanzar la paz es hoy aún mucho mayor". Y uno se imagina, irremediablemente, al miembro A de una pareja diciéndole, lloroso, al miembro B cuando se acaba de enterar de que éste se la está pegando: “La energía que tengo para salvar nuestro matrimonio es hoy aún mucho mayor”. Porque todos sabemos qué significa para Alicia el sintagma, el mantra “alcanzar la paz”: conversar. No hacía falta, Alicia, que dijeras nada; bastaba, fíjate, con que a las veinticuatro horas del bombazo nos hubieras presentado los legañosos, ojerosos rostros en blanco y negro de cuatro o cinco etarras. No de los autores materiales, claro, que eso no será fácil; pero sí de sus jefes, de esos jefes con los que te carteas, de esos jefes con los que, hoy, tienes mucha más energía para hablar. Porque, si como estáis filtrando, Ternera no tenía, ay qué risa, ni idea del asunto, pues él será el primer interesado por aclararlo. ¿No es un hombre de paz? Pues eso, que os diga dónde están los jefes (él ya no debe de serlo, ay qué risa) y asunto terminado: él se sienta a la mesa y tú sirves el vino. Y seguís hablando para alcanzar la paz. Mira, Alicia: la energía, que la tengan los jueces, los fiscales, los policías, la gente del CNI, esos que, desleales, oyes, te dimiten porque ven por dónde van las cosas, cuáles son las cartas y qué papelón les queda por jugar. Tú, guárdate tu energía para el baloncesto y las carrerillas mañaneras por Doñana; o para asistir a los conciertos de Sonsoles. Guárdate tu energía para abrazar a los ecuatorianos, que falta les hace. Guárdate tu energía para explicarnos a todos qué ha pasado, cómo y porqué te han engañado (si es que te han engañado) y, sobre todo, para convencernos del camino que piensas tomar ahora. “Para alcanzar la paz”, dices. Si no fuese una expresión miserable, sería como para partirse la caja de las risas. Explícaselo a los muertos, anda. La paz. En fin, Alicia, que mejor estabas en Doñana, calladito, que visitando –tarde, mal y nunca– la maldita T4. Sólo has visto ruinas, ¿verdad? Ruinas, desolación y gente que emplea su energía como debe. La T4 es, ahora, tu metáfora, Alicia. Tu única, jodida y real metáfora.

miércoles, enero 03, 2007

Cerrado por reforma

(A Melò Cucurbitaciet que, sin quererlo, me lo sugirió.)

Vuelvo al lugar de los hechos. Una querencia tan inútil como poderosa me fuerza a pasar, a repasar por los días, por las sábanas blancas oreándose al sol. En un absurdo afán entre lo analítico y lo estadístico, selecciono intervenciones, anoto frecuencias, me instalo con la memoria en los momentos correspondientes. “Nunca entendí porqué me contestó así X…” “Era un clon, ahora lo sé…” “Y este estúpido, ¿quién coño sería? A ver si un día me acuerdo y le pregunto a Y…” “Ah, Z: ¡qué grande era! Y qué poco duró en el blog. Es extraño…”
Como quien mira una olvidada colección de fotografías que, inesperadamente, aparece al hacer zafarrancho.
Como quien revisita una ciudad lejana en la que, un día, gozó y amó.
Como quien, terminada ya la mudanza, echa un último vistazo a las habitaciones vacías, cubiertas ahora de papeles arrugados, trozos de cinta de embalar pegados al suelo, cajas rotas y algún inútil objeto a propósito olvidado.
No hay, sin embargo, nostalgia; menos aún melancolía. Aceptación callada de los hechos, no más. Ni restos del naufragio ni ruinas de las inteligencias ni estos Fabio, ay dolor, que ves ahora. El pasado, meramente. No es un bolero lo que debe sonar; tampoco un tango. Al igual que en la casa recién desocupada, sólo un silencio en expansión: universal, entrópico, vacío. Nuevos espacios habrá para llenar con las mismas voces; nuevos encuadres para las mismas renovadas fotografías. Y música, claro: mucha música, muchas músicas. A cada cual, la suya. Música diaria. Música necesaria. Música pan.

martes, enero 02, 2007

Arcadi, en suspenso

Querido A.,
¿se ha roto el Blog de Arcadi Espada? Aparentemente, no: sigue habiendo entradas diarias y algunos irreductibles aún dejamos comentarios en la página del (maldito) 30 de diciembre. Supongo que la situación de provisionalidad durará poco. Hasta el próximo jueves a las 11 de la mañana que es cuando, según la escasamente informativa ventana intitulada “Nickweek”, podremos dejar –supongo– comentarios regulares. Ignoro las razones que te han llevado a tomar esta decisión pero, aún ignorándolas, no tengo por menos que respetarlas. A ninguno nos pediste permiso para abrir el blog; al cabo, nada nos debes, parafraseando a Machado, y libre eres para dejarlo en una especie de limbo semanal. Eso es, precisamente, lo que no entiendo. ¿Abrir el corralito una vez a la semana, para que descarguemos nuestras bajas pulsiones de blogueros enganchados? ¿Darnos un desahogo? Porque, aparentemente, no se trata de convertir el diario en semanario, que tendría una cierta lógica, sino de mantener el diario reduciendo la participación a una visita semanal, a un vis-a-vis hebdomadario, quizá tan triste, rápido y brutal como su homónimo penitenciario. Vamos a ver si la cosa funciona; yo deseo que lo haga, bien que no sea particularmente optimista al respecto, por decirlo de forma suave. Mi pesimismo responde a que –me malicio– la vitalidad del blog, la inmediatez, la fragancia de lo recién cortado, se van a resentir fuertemente. ¿De cuántas noticias nos hemos enterado, en tiempo real, gracias al blog? ¿Cuántos interesantes artículos, seleccionados por otros blogueros, hemos leído que, de otro modo, nos hubieran pasado perfectamente desapercibidos? Esto es simplemente imposible repetirlo, salvo pura casualidad, con sólo veinticuatro tasadas horas semanales de contacto directo. El nuevo formato será un lenitivo para la blogadicción. Sin duda. Ya me imagino filas de esposas y maridos agradecidos, queriendo expresarte su más sincera enhorabuena, su total e inquebrantable adhesión al nuevo “Nickweek”. Pero no se me ocurren, de verdad, más ventajas.
Hay otras consideraciones que no puedo dejar de hacer. Entiendo que te sean perfectamente fútiles y no tengan, claro está, peso alguno en su decisión. Pero para mí, son importantes. El “entramado de afectos” (la idea es tuya) que el blog ha creado, no es en absoluto despreciable. No ya de afectos personales –en los que no voy a entrar ahora, porque ya lo he hecho por lo menudo aquí mismo en repetidas ocasiones–, sino de afectos ideológicos, intelectuales, políticos incluso. ¿Es ajeno, por ejemplo, el blog al éxito que tuvo la presentación de Ciutadans en Madrid? ¿Habrían tenido la resonancia que tuvieron los “Diarios 2004” o “La decadencia de Cataluña” sin el blog? No voy a entrar ya en los resultados electorales de Ciutadans en las elecciones catalanas, por ser una cuestión esta del voto y su búsqueda que afecta fundamentalmente a los blogueros catalanes; pero su extensión a toda España, ¿habría sido la que es sin el blog?
En fin, A.: ojalá que nos vaya bonito. Pero, personalmente, claro, claro, lo que se dice claro, no lo veo: para qué te voy a engañar…
Sigue con salud.
J.M.