viernes, septiembre 08, 2006

Cuaderno de California (9)


Ciencia, conciencia y profesión

(A Qtyop que, probablemente, no esté muy de acuerdo.)

AND ALL THIS SCIENCE I DON'T UNDERSTAND IT'S JUST MY JOB FIVE DAYS A WEEK
ELTON JOHN, "ROCKET MAN"

(Extraído del Gaussian 03, programa de química cuántica que, al acabar cada trabajo, te regala con una cita.)

No sé bien qué es la Ciencia, así, con mayúscula. Supongo, sin embargo, que –oficialmente– debe de ser mi profesión. Al menos, tanto mi título de licenciado como el de doctor así lo aseguran. Y llevan ambos la firma del Rey, y todo: “Licenciado en Ciencias” y “Doctor en Ciencias”, puede leerse en ellos. Es decir que, por alguna oscura razón fundamentalmente administrativa (las razones administrativas siempre son oscuras, así es que perdónenme la redundancia), debo de ser científico. Porque, digo yo, si médico es el licenciado en medicina, filólogo el que lo es por filología, o matemático el que estudió matemáticas, pues yo debo de ser científico. ¿Y qué? Pues nada: que la ciencia (ahora más casera y en minúscula) es mi profesión. Y tengo mucha suerte porque, además de gustarme, me pagan por ello. Nunca me he planteado, sin embargo, si lo que hago diariamente tiene que ver con lo que, en su día, hicieron Newton, Faraday, Bohr o Perelygin, científico éste nada conocido por el gran público pero no menos importante, en lo que a mí respecta, que todos los anteriores.
En mi opinión, la nota definitoria de un científico, su síntoma patognomónico, es el infantilismo. Verán: hace falta ser un poco niño para andar preguntándose cotidianamente: “Y esto, ¿por qué?” o “¿Cómo funcionará este cacharro?”. Cacharro, aquí, vale para cualquier cosa: máquina, planta, disolución o célula. Es decir, empleo “cacharro” en su polisémica, prístina, primigenia acepción. Tuvo que venir el señor von Bertalanffy a proponernos la “Teoría General de los Sistemas” para que la gent du métier pudiéramos ahorrarnos el hablar de “cacharros” todo el rato. Ahora, empleamos la más culta y pedante expresión de “sistema”. Pero sepan ustedes que es exactamente lo mismo. Así es que, lo primero y principal, es tener una cierta curiosidad; si en lugar de “cierta” es “gran”, mejor aún. Pero, hoy, muy raramente un sólo científico solo puede plantearse problemas y, sobre todo, resolverlos. Eso sucedía en el Renacimiento y, como es bien sabido, de él (desgraciadamente) nos queda poco más que iglesias, ruinas y algún palacio interesante. Es decir, conforme se acota el conocimiento, y no hay más remedio si éste tiene que ser especializado y, lo que es más importante, muchos hemos de vivir a base de este negocio, la Ciencia, la de la mayúscula, se convierte cada vez más en ciencia, en profesión, en licenciatura o doctorado oficial, administrativo, burocrático. Por eso, si el niño y su admiración por el descubrimiento –por ínfimo y aparentemente inútil que éste sea– no está detrás, mal vamos.
¿Y qué es lo que cuenta en esta ciencia? Aportar datos. Se crece por acumulación, por repetición, por tabulación. Cuanto más amplia, general y precisa sea la tabla, mejor. Por ejemplo, cuando –hace infinitos años– yo estudiaba bioquímica, no muchos grupos de investigación se dedicaban a secuenciar proteínas. Pero iban rellenando tablas. Uno se dedicaba a la hemoglobina de vaca, otro a la hemoglobina humana, aquel a la del pez globo. ¿Y para qué? Pues para que, años después, al secuenciar los DNA como ahora se hace, el asunto empezara a encajar. ¿Sabían los secuenciadores que eso iba a suceder? Rotundamente, no. ¿Eran capaces de prever la importancia de su rutinario trabajo? Probablemente, tampoco.
Así pues: ¿se plantea un científico el porqué último de su trabajo? Personalmente, no. Quisiera suponer que, algún día, otro colega (en Kazajistán, Brasil o China) lea lo que hago y decida mejorarlo, sintetizarlo, reprocesarlo. Y que, entonces, casi todo encaje en nuestro pequeño mundo de niños asombrados. Al final, si yo no llego a descubrir cómo funciona el cacharro (que no lo haré, no me cabe ninguna duda), puede que a otro le valgan mis datos, mis cálculos: los inefables, aunque públicos, productos de mi profesión.

9 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Maese Pa:
'Pá' que le acompañe en la soledad de(l) corredor de(l) fondo.

"Soleá de la Ciencia"

Presumes que eres la ciencia,
Yo no lo comprendo así,
Porque si la ciencia fueras
Me 'hubieas' comprendío a mí...
Porque siendo tú la ciencia
No me has comprendío a mí.
(Morente)

5:32 p. m.  
Blogger Bartleby said...

Don Protac, para seguir entreteniendo su exilio, algunos chascarrillos sobre químicos, que ya es difícil oficio para hacer chistes:
1. Para la mayoría de la gente, una solución es una respuesta. Para los químicos no es más que agua sucia.
2. Si no eres parte de la solución, eres parte del precipitado.
3. (Éste ya se lo sabe; se siente pero es para que no se ponga un parche de pirata en clase siguiendo la línea de moda Melò): Un profesor de química que tenía un ojo de cristal cuando señalaba a alguien con el dedo se levantaba toda la fila porque no se sabia a quien miraba. Le llamaban "el antimonito" por aquello de la formula Sb2O3
Saludos, Bart.

10:11 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Herr Prof. Pa.,
lo que usted nos describe se parece bastante a lo que T. Kuhn cuenta en "La estructura de las revoluciones científicas"; la fase que hay entre las revoluciones.

10:37 p. m.  
Blogger Protactínio said...

Recuerdo un chiste de Forges. De cuando Forges era Forges y no la corrección política hecha viñeta. Un hombre, apoyado en la barra, le decía a su café:
-¡Café mío, tan solo como yo...!

(Pues eso.)

(("Blog mío: tan solo como yo..."))

Amén.

6:17 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

hola Protac; le he dado tu dirección de blog a mi amigo/hermano californiano, que vive en sacramento. le ha gsutado mucho lo que dices, me envía algunos comentarios en su peculiar español. y tb me indica algunos restaurantes y bodegas que no mencionas, si me das tu email, te puedo reenviar sus mails. mi mail es: chimo74@hotmail.com

gracias y salud.

9:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

bueno mira:

di a tu amigo que hay otro bodega espanola mas que aoli que se llama
Tapa the world. es en plan espanol probando tapas se encuentra en J
street
sacramento.
ninguno es de verdad espanol pero si no tienes may hay esto

9:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

y esto:

pensando de queso.. hay un foto de buen queso y dicir que 1984 no may
esto
poco a poco encuentra mas cosa europeos aqui.

si tu amigo davis quiere ver hay un par de mercados que puede ser tienen
algo interidante

corti brothers en sacramento cera a high way 50. Taylors market
sacramento
a The tower. hay dos. tienen vinos y otros cosas intisantes. mas a
corti
brothers

9:45 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

bueno, muy bonitos los cuadernos; yo diría que en efecto aioli viene del allioli.

como sabes, o no, estuve en la torre de Montaigne y caté un poco del vino que me dieron; buenísimo, como lo describes; no he probado el borgoña pero me parece que el burdeos es mi preferido y más si es de chez Montaigne. astringencias lo buscaré en el diccionario.

me traje una botella de tinto chateau de Montaigne, tal vez la podríamos abrir en uno de esos findes culinarios que se cuecen en la Mancha...

saludos

5:28 a. m.  
Blogger Protactínio said...

Será un auténtico placer, don Procopio.

(Se avisará oportunamente, claro.)

((Pero vaya preparando la agenda, que me voy dentro de SÓLO dos semanas...))

8:38 a. m.  

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