martes, mayo 02, 2006

Chorros de agua, molinos y Galianos.


Querido L.,

Sin apenas tiempo que perder, tuve que reponerme –mal que bien– de la marítima pitanza y la posterior siesta conmemorativa; cómo no, se nos hizo tarde. Y yo, que suelo mirar con detalle los mapas y calcular cuidadosamente distancias, puntos de abastecimiento y lugares donde estirar las piernas (cual si esto fuese en mí posible), me puse al volante sin tener muy claro, incluso, el recorrido completo. ¡Qué candor! Total, si Alcaraz está casi en el límite de la provincia y, luego, no puede ser mucha distancia… Todo verídico; salvo que mi provincia tiene, desde su capitaleja, 148 km hacia el sureste y, más adelante, la distancia no debe medirse como longitud sino como tiempo, al igual que en Asturias, Galicia y otras reviradas y orográficamente endemoniadas regiones. Así, no te sorprenda saber que se nos hizo de noche entre curva y curva, subiendo y bajando cortos, pero abruptos, puertos e intentando controlar cada cartel indicador, cada icono reflectante que nos situara.

El río Mundo tiene, para empezar, un nombre ciertamente curioso. ¿Será verdad que contiene al conjunto de todas las cosas creadas? Parece una idea algo pretenciosa, por más que discurra a lo largo de la provincia de Albacete en su encajonado paseo hasta el Segura. ¿Procederá su denominación de la deformación de Raimundo, considerando que tal se llamase en primero en descubrir sus fuentes o chorros? El agua, filtrada a través de la horadada caliza, fluye al fin como un a modo de húmeda sábana que, concentrándose en puntos determinados por la arrugada piel del monte, forma chorros y, finalmente, espectaculares cataratillas blancas. El calar no llora: suda; su insípido –aunque duro– sudor, redondea las piedas, las agujerea con balas de hielo y se presenta, al sol mañanero, con un verde más intenso aún que el de las nogueras centenarias que lo vigilan. Hermosos son también los topónimos de la zona: Riópar, grave o llana acentuada, Siles, Bienservida, Villaverde, Ayna, Cotillas…e, incluso, el nombre de nuestro hospedaje: “Molino de Pataslargas”. Serias dudas tuvimos sobre la aceptación en él de toda una familia cuyos componentes –con marcadísimas excepciones procedentes, todas, de sangre postiza– se caracterizan exactamente por lo contrario: la cortedad del tren inferior de los A. es, como sabes, proverbial. No obstante, y una vez abonado el estipendio por adelantado, los dueños del molino fueron abrumadoramente amables y parecieron, educadamente, no caer en el detalle contradictorio. Habrá que ver las instantáneas de toda una colección de paticortos de diferentes edades fotografiados bajo un cartel que reza lo contrario: irónico juego de los errores.

Sin entrar en detalles que exciten tus, sospecho por la hora, alborotados y levantiscos jugos gastro-pancreáticos, te contaré que probamos unos excelentes Galianos, llamados por aquí “Gazpacho manchego” en denominación confusa, aunque excitante en el estío, y fatales consecuencias para el poco avisado viajero. Los Galianos son un plato de caza (perdiz, conejo y liebre) que contiene, a modo de pasta oriental, unas obleas de pan ácimo cortadas en trozos aproximadamente triangulares. Dichas obleas se secan mediante tueste cerca de las brasas y presentan, de vez en cuando, partes churrascadillas que les confieren una textura y un gusto quemado muy particular. Por lo demás, son suavísimas en la boca: tan suaves como un platillo asiático de los que importaron y vendieron al mundo los mercaderes venecianos. Bien cocidas en el potente caldo de la caza, adquieren un sabor insuperable: esencia cinegética que embebe la harina y deja en la boca una sensación plena, matinal, soleada. Una casi vaginal sensación de ostra de la tierra adentro. El vino de Villarrobledo nos ayudó a no perdernos en silencios nostálgicos.
Desde el agua rara que quiebra la caliza, recibe un abrazo vegetal y fraterno.

J.M.

15 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Todo un mundo ese río que visita, provecto(a partir del 28) amigo.
Se lo cambio por unos campos abrileños a los que las lavandas dan , junto a margaritas gualdas y amapolas, un toque republicano.
¡Que cercana se halla la visita!
(Con permiso de la autoridad competente y si el tiempo no lo impide).

1:31 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Sr. Verle, supongo que "provecto" será según la acepción 2. del DRAE (por aquello de puntualizar, más que nada, porque hay notable diferencia con la 1.).

Sr. Protactínio, recuerdo cuando probé el gazpacho manchego. Julio del 2000, plaza Mayor de Almagro, 9:30 PM, elevada temperatura ambiente, cenando mientras hacía tiempo para la función de teatro.
Lo pedí porque quería ver las posibles diferencias con el andaluz. Y vaya si las había!

3:41 p. m.  
Blogger maleas said...

un lujo de pagina sr. Protactinio.Ignoro si conoce el viaje literario de el difunto Vazquez Montalban en La rosa de Alejandria,por esos andurriales.Paisaje,paisanaje y gastronomia,de la zona tienen en esa novela su homenaje.
Aqui,en Albacete,descubrio el bueno de Manuel que una cosa es el lechal y otra el cordero.Lechal lo comen aquellos que no han probado en su vida cordero de la sierra de Chinchilla.
Un saludo entre paisanos.

4:20 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Amante: No suelo ver el DRAE, demasiado canónico. Me fío más del María Moliner, cuando lo necesito. Ya que lo comenta. Un saludo.

5:03 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Recuerdo el río Mundo el año 84. Cuando soplaba el viento, el agua no llegaba al suelo, se aerosolizaba. Agua gélida que transformaba los testículos en ovarios. Recuerdo que se podía subir a la cueva y ver la cascada desde arriba.

11:49 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿A quién se le ocurre cruzar esas sierras como si de una mancha plana se tratase? No me extraña su retraso. Me ha pasado.
Está hoy Vd muy cerca de mi Mundo, mi Macondo y mi "gazpacho".

12:07 a. m.  
Blogger El Sablista Escapista said...

En honor a la verdad, es casi imposible tomarse en La Mancha unos "Galianos" que no sean abyectos. Los he probado malos y peores. Me temo que como casi toda la cocina manchega tradicional, hay que probarla en casa.

12:07 a. m.  
Blogger Protactínio said...

Lleva muchísima razón, Marqués. De ahí que haya traído yo a esta croniquilla mi sorpresa ante unos Galianos como se debe. Y tomados en un lugar a medias entre el clásico bar de pueblo sin pretensiones y un remozado mesón de carretera: bar-restaurante San Juan, en Riópar.

(El resto de la comida, prescindible.)

9:02 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Sr. Verle, define el DRAE "provecto":
1. caduco, viejo
2. maduro, entrado en día

Pues, eso, lo dicho.
Saludos

11:31 a. m.  
Blogger Protactínio said...

Ya lo dijo, sabiamente, el Marqués: él y yo estamos en la categoría cinematográfica de los "galanes maduros": provectos, en su segunda acepción.

(Señora Amante: le anuncio que el Sr. Verle se encuentra -a efectos prácticos- en la misma categoría.)

11:41 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pa: dirá Ud. a efectos teóricos. Le ruego precisión con las damas. A las que hay que recordar que los hombres somos personas (humanas) muy simples y palmarias.

(Se precisa carta de navegación de tierra dura a tierra rara, por conducto reglamentario para el piloto automático)

12:24 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La teoría me sirve para entender el por que de las cosas y el como deberían ser, pero mi especialidad es la práctica, es decir "esto es lo que hay ¿y con esto qué hacemos?"

(yo también necesito carta de navegación del último tramo, aunque mi piloto es manual)

12:59 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Sra. Amante: Excelente presuposición existencial. Hemos de hacer pragmática de su pragmática especialidad. Un saludo.

8:15 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Siesta conmemorativa y conme moratoria. Seguro que en tan paradisíaco umbráculo la mora mereció la pena.

11:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Gracias, D. Prota, por este paisaje natural, cada vez más asombroso para un urbanita como yo...con su permiso voy a mojarme los pies un momento en su apacible mundo...

10:58 a. m.  

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