Primavera
(Al Sr. Verle, del que he aprendido, entre otras muchas cosas, la palabra "hiemal".)
En las Tierras Raras, las primaveras son breves: apenas un chispazo; el casi minúsculo lapso entre los penúltimos hielos y la floración de las viñas. Esta tarde he bajado a mi patio. Me llevó hasta allí el verdeo evidente de las puntas de la higuera y la vana esperanza de encontrar alguna rosa abriéndose clandestina entre las todavía tintas hojas del rosal. La higuera, al igual que las vides, está empezando a desplegar sus hojas nuevas que se separan delicadamente del tallo central. Hay varias brevas, todavía diminutas: algún hielo tardío las arrasará. Parece ser su inevitable sino. En la docena de años que tiene de vida el árbol, no hemos logrado que saque adelante una sóla breva. Cualquier mañana fresca las vemos caídas en el suelo, inertes, sin servir siquiera de alimento a grajos y estorninos. En el olivo, empiezan a apuntar las flores. Se abrirán a finales de abril y para San Isidro mostrarán todo su algodonoso polen. Al poco, se desharán de los pequeños pétalos blanco-amarillentos y, desaparecido el níveo envoltorio, surgirán las redondas aceitunas, no más grandes que el nácar de una aguja de encajera. Ya estará aquí el calor. Nos esperará insolente al salir a la calle; nos acuchillará al doblar cualquier esquina. Y habrá terminado la primavera, esa corta sonrisa entre las lágrimas de hielo invernales y el tórrido portazo del estío.
En las Tierras Raras, las primaveras son breves: apenas un chispazo; el casi minúsculo lapso entre los penúltimos hielos y la floración de las viñas. Esta tarde he bajado a mi patio. Me llevó hasta allí el verdeo evidente de las puntas de la higuera y la vana esperanza de encontrar alguna rosa abriéndose clandestina entre las todavía tintas hojas del rosal. La higuera, al igual que las vides, está empezando a desplegar sus hojas nuevas que se separan delicadamente del tallo central. Hay varias brevas, todavía diminutas: algún hielo tardío las arrasará. Parece ser su inevitable sino. En la docena de años que tiene de vida el árbol, no hemos logrado que saque adelante una sóla breva. Cualquier mañana fresca las vemos caídas en el suelo, inertes, sin servir siquiera de alimento a grajos y estorninos. En el olivo, empiezan a apuntar las flores. Se abrirán a finales de abril y para San Isidro mostrarán todo su algodonoso polen. Al poco, se desharán de los pequeños pétalos blanco-amarillentos y, desaparecido el níveo envoltorio, surgirán las redondas aceitunas, no más grandes que el nácar de una aguja de encajera. Ya estará aquí el calor. Nos esperará insolente al salir a la calle; nos acuchillará al doblar cualquier esquina. Y habrá terminado la primavera, esa corta sonrisa entre las lágrimas de hielo invernales y el tórrido portazo del estío.
22 Comments:
Resulta increíble que la naturaleza exista todavía a pocos minutos de la ciudad. Mi hija conoce seguramente mejor el Serengueti que las higueras cercanas.
Veo flojo de flores su patio y las que veo, no las nombra.
En mi higuera vi a la oropéndola muchas veces, amarilla, silenciosa. Vd sabe ya dónde crecía esa higuera.
LA HIGUERA
Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.
En mi quinta hay cien árboles bellos,
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.
En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.
Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se viste...
Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
«Es la higuera el más bello
de los árboles todos del huerto».
Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!
Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:
¡Hoy a mí me dijeron hermosa!
Juana de Ibarbourou
Querido amigo: No hice otra cosa el pasado fin de semana que, para reponer el espíritu tras las circunstancias que conoce, pasear por mi "zulo" descubriendo esas yemas de las higueras y las vides, amen del florecer de los frutales. Pero mi emoción máxima fue frente a los poderosos castaños de Indias, castaños marañones. Sus poderosas yemas, cual percebes florales, rompiéndose y eclosionando con una vida, a la que ya casi sólo podemos añorar. Esa ha sido mi primavera, sin duda.
Un abrazo.
La idea del tiempo cronológico como algo continuo, es artificial. En relidad es cíclico, se renueva cada año.
Aquí en Asturias las primaveras son una delicia....vivo al borde del mar....el sol ilumina todo, temperaturas agradables, flores...mimosas con un divino olor....el mar ya huele de otra manera....parejas y chicas monas u surferos guapos por el paseo marítimo......qué le diría yo....su primavera es muy bonita...la nuestra diferente pero preciosa...suele durar bastante, aunque en abril suele llover algún día, pero eso no ensombrece nuestra ansiada-deseada primavera a orillas del Cantábrico, bravo, con fuerte viento y oleaje....maravilloso!
¿"Hasta que llegó su hora"?
¿"Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen"?)
¿"El guateque"?
No, si ya tengo casi aprendido el guión. Para las escenas de mesa, aunque aparezca el tetrabrick, en realidad beberemos Chateau Margaux del 82.
(Con la subve que hemos cogido de la Junta, hay pa tó.)
((Ya lo dice el Marqués: en Chateau-La Monde atapos los perros con longaniza...))
A pocos Kms de su higuera, la que hay en el Zulo entrega soberbia, higos y luego brevas, alimento de insaciables pajarracos y alivio de nuestro crónico estreñimiento hipertanínico.
Bello canto de primavera, Don Protactínio...allá, a la sombra de cuanto florece quisiera descansar...gracias.
Mi hijo está leyendo Platero y yo y algunas noches leemos juntos algún capítulo que debe comentar para el cole. Acabo de imprimir su canto a la primavera y se lo llevo esta noche a casa para leerlo juntos. Qué espléndido homenaje a JRJ.
Don Prota, ya sabe que don Josep Pla siempre quiso ser agricultor para conocer y contar con más precisión misterios horacianos como los que usted describe. Usted tiene cerca al Pla manchego. Déle unas lecciones a ver si mejora.
Querido Juanjo: es del Plá manchego de quien yo aprendo cosas. Lo de la agricultura tiene poca importancia si considera que soy nieto de agricultores (e hijo de veterinario, que va por una senda pareja). Además, como sabe, doy clase en Agrónomos: algo se tiene que pegar, aunque sólo sea por ósmosis.
(Pero a mí lo que me gusta realmente es la psicofarmacología.)
((Y la terapia racional de la epilepsía, donde di mis primeros pasicos como investigador.))
Por aqui, nuestras primaveras resultan horriblemente alergicas. Peferimos nuestro actual otoño.
Comando: ya lo dice el Nano:
"Abril, en Buenos Aires Octubre".
(Se agradece la visita.)
((Salud.))
Someto este comentario a su superior criterio:
"Las consecuencias no solo serán las derivadas directamente de aumento del calor y la escasez de agua. Habrá zonas que se hagan demasiado cálidas y áridas para soportar el cultivo de la vid, pero también podrían venir nuevas plagas a asolar los viñedos. Quizá la mariquita asiática, los recientes brotes de hongos en Burdeos o la plaga que afecta al sur de Alemania no sean sino avanzadillas de lo que se avecina. Más concretamente, la ponencia de Xavier Sort (Bodegas Miguel Torres) giró en torno a un trabajo de investigación en el que se pone de manifiesto que en la mayoría de las regiones vinícolas catalanas tradicionalmente productoras será totalmente inviable la viticultura en un plazo de 40 a 70 años.
Mientras tanto, todo esto tendrá notable influencia en los vinos, especialmente en los tintos, que perderán color, aumentarán su contenido alcohólico y se harán más ‘pesados’ en general. De nuevo Burdeos, y regiones como La Mancha, en tres o cuatro décadas habrán sufrido una profunda transformación en el perfil de sus vinos, con toda probabilidad a peor. Por otra parte, castas tintas (petit verdot, graciano y durif) y blancas (vermentino, viognier y verdejo) pueden ver crecer su extensión, pues se trata de tipos de uva que parecen estar especialmente bien adaptados a las variaciones de temperatura."
Querido Marqués: parece, como muchas de las cosas que se escriben sobre el global warming, una miajita alarmista. Pero casi todo lo que dice tiene sentido desde el punto de vista de la viticultura (plagas nuevas, hongos -muy importante en zonas húmedas y frescas con pocos ataques: Burdeos- pérdida del color en el tinto, aumento del grado...). Respecto a las variedades, digamos, "termoresistentes" faltan algunas y no estoy de acuerdo con lo del verdejo (que aquí, con sólo un 7% de integral térmica superior a Valladolid, está fracasando). Otra cosa es que el calentamiento global sea del todo cierto. Además, eso podría significar que los buenos vinos pasaran a ser ¡alemanes! o -qué coña- suecos. Pero no nos quedaríamos, creo yo, sin vino: nos quedamos antes -como usted refiere- sin hepatocitos, amigo.
Querido Protactínio: Hace un año comencé a enviciarme no sólo con leer sino con escribir, a veces, en los blogs. Mucho tiempo y mucha energía.
Quede éste su blog, el más entrañable, como testimonio de un retiro espiritual. Mis nicks han ido saliendo por el foro, personajes en busca de autor, no heterónimos. O mejor formas alotrópicas, que al final buscan las condiciones de presión y temperatura adecuadas para el equilibrio.
Le devuelvo con creces su dedicatoria. Dándole la vuelta al lema de Erasmus Mundus "Formarse toda la vida para NO trabajar toda la vida", el Sr. Verle le envía un fuerte abrazo.
(El conducto reglamentario sigue para Ud. en estado de revista)
((¿Fin o paréntesis?))
¡Ya es primavera en Ca'n Protactínio! Ni en el Corte Inglés ni en el paso alegre de la paz; esto sí es primavera. Y si dice efímera, será más intensa.
Hale, que le dedico unos ripios, don Pa:
Esta primavera,
regada con buen vino,
nace como una fiera
ligera pero entera,
noble en Ca Protactínio.
(y no se queje ni busque kaikus, que si me pongo puede ser peor, amigo)
Bartleby.
Gracias, Bartleby.
(Y puede usted ponerse cuando quiera, amigo.)
Esperamos un nuevo post antes del verano.
Don Pro, entre post y post hace Vd. unas largas digestiones.
Como dice el anónimo: ¿nuevo post antes del verano?
Que le pasa a Verle ? parece algo desanimado , bueno , suerte en todo y encantado .
Me despido tambien de este blog , como del de azua .
albert
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