domingo, abril 02, 2006

Herencias

Heredé de mi abuelo materno una colección incompleta (sólo veintiséis de los casi cincuenta tomos) de la Historia Natural de Buffon incluyendo los Complementos de Mr. P. Lesson. Se trata de la edición de 1847-1850 impresa por Mellado, calle de Santa Teresa, num. 8, en Madrid, un coleccionable a razón de dos pliegos diarios que se vendía al precio de dos cuartos en Madrid y diez maravedises en provincias. Esta obra colosal, culmen de la ciencia descriptiva del XVIII, obedece al afán clasificatorio, taxonómico, hijo de un siglo cuyo arquetipo es Linneo, nacido, como Bufón, en 1707 y fallecido en 1778, diez años antes que el longevo francés.
La Historia Natural está plagada de errores y argumentos que hoy nos parecen perfectamente pueriles. Sin embargo, en su día la obra resultó revolucionaria; tanto es así que los sabios oficiales de la Sorbonne pidieron su inclusión en el Indice eclesiástico de libros prohibidos porque sus afirmaciones contradecían al Génesis. Por suerte, Buffon contó con el inestimable apoyo de Mme. de Pompadour y pudo proseguir la edición de su opus magnum sin mayores inconvenientes ni, suponemos, más peaje que enrojecer, de vez en cuando, aún más las ya sonrosadas mejillas de la señora. En su enciclopédico tratado, el autor se declara, por ejemplo, ferviente partidario de la generación espontánea: la vida apareció sobre la tierra, nemine operante, una vez que parte del agua que, inicialmente, la cubría por completo, se hubiese secado dejando emerger los primeros continentes.
No deja de resultar curioso y hasta sorprendente que su sistemática del mundo animal esté basada en las relaciones de los animales con el hombre: relaciones de tamaño e inteligencia; relaciones de proximidad; relaciones de uso. Imaginarios o no, la Historia Natural está llena de exóticos animales con nombres increíbles: el marmosa, el cayopolín, el filandro de Surinam, el cangrejero (“que tiene muy poca semejanza con el perro y con la zorra”), la fosana, el vansiro… Incluye, igualmente, largas digresiones comparativas sobre etología; las diferencias caracteriales entre el elefante, el perro, el castor y el mono (“los seres animados más admirados por su instinto”) quedan minuciosamente reflejadas a lo largo de varias páginas, para llevarnos a la conclusión de que el elefante es el rey del ingenio y de la inteligencia animales, amén de un milagro de sensatez y sensibilidad: “que a esta fuerza prodigiosa junta el valor, la prudencia, la serenidad y la obediencia exacta; que es moderado aún en sus pasiones más vivas, y más constante que impetuoso en el amor; que en medio de la cólera, no desconoce a sus amigos, no acometiendo nunca sino a los que le han ofendido; que conserva una larga memoria…” Un prodigio, el elefante.


10 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Siempre pensé en disgresiones pero un día que me dio por ponerme exquisito y miré al DRAE y me dijo que no está.

10:44 p. m.  
Blogger Protactínio said...

Gracias, Copias, raro manchego: era una errata mía. La palabra es "digresión" (sin la primera s).

(Corregido y aumentado.)

10:55 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Famosas eran las tardes de Buffon con Madamme de Pompadour, así como deliciosas las tisanas que ella le preparaba.

11:30 p. m.  
Blogger Bartleby said...

¡Quién pudiera recuperar esas tardes, como a Mme. Pompadour y sus tisanas y caricias tranquilizadoras! O, al menos, las últimas tardes con Teresa.

Pero entonces, Pa, nos perderíamos el sabor de la memoría y de su fabulosa colección, de la que deja un buen atisbo.

(Hoy, sin comentarios ligueros, que a mejores ligas ha dedicado usted el suyo)
Bartleby

12:42 a. m.  
Blogger Enrique Gallud Jardiel said...

Muy erudita y sugerente entrada. Otra cosa es que yo me apresuraría a vender rápidamente tal tesoro literario, con el pretexto de que no está completo, y me compraríoa cualquier cosa, pero eso es harina de otro costal.

9:51 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Maese Pa: Soy yo. A propósito de La Chinata. Los chinatos son los aborígenes, y digo bien, de Malpartida de Plasencia (Cáceres).

12:50 p. m.  
Blogger Protactínio said...

Gracias por la aclaración, Yo. Una amiga química, que lleva el control de calidad del pimentón de la Vera (D.O.), me regaló la lata y me contó esa historia. Como tal, la reproduje chez Melò.

(Sin embargo, su conocimiento de las Highlands cacereñas, me pone en un brete, querido amigo.)

1:02 p. m.  
Blogger Bremaneur said...

Protactínio, los blogs manchegos son los mejores de la red, como hay Dios (y está encerrado en una bota).

El otro día quise hacer una prueba. Compré un vino de Mallorca hecho sólo con Shyrah. Son Bordils, creo que era su razón. Un vino violento, agresivo. No acabó de gustarme.

3:17 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo me veo como elefante en cacharrería comentando en los blogs ¿Qué puedo hacer con la trompa? ¿Pompas?

11:29 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Si por casualidad no conocen la obra les recomiendo "La Historia General y Natural de Indias" del Capitán Gonçalo Hernández de Oviedo y Valdés.

La descripción del olor de la mofeta, capaz de tirar a un hombre de un caballo, o de la descarga producida por andar enredando con una espada a una anguila eléctrica, la del manatí que es el "pescado" más parecido a una vaca que ha visto nunca son absolutamente geniales.

El Nuevo Mundo visto por un testigo que anduvo perdido durante dos añospor aquellos pagos.

10:17 a. m.  

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