martes, febrero 21, 2006

Tintos del año


Consecuencia directa de la xilofilia que lleva años apoderada del mundo enólico ha sido la práctica desaparición, quizá no tanto física como, desde luego, comercial, de los vinos tintos del año. No suelo estar muy de acuerdo con los gurús de cualquier materia; no obstante, algo de razón hay que darle a Parker cuando, cuatro años atrás, afirmaba que los tintos españoles tienen un grave exceso de “maderitis”, como él denominó a la patología vínica cuyo síntoma patognomónico es la sensación de estar bebiendo jarabe de roble en lugar de zumo de uva fermentado. Los tintos del año (no me gusta la usual denominación de tinto joven: me parece cursi y procedente del argot publicitario), salvo aquéllos donde se ha empleado la malhadada maceración carbónica que los convierte en jugos de fruta más aptos para el tetrabrick o los potitos Bledine que para el trago breve y seco como el sonido de un 38 especial, son la magnificación de lo sencillo, de lo elemental: instinto básico del enófilo, puros aromas varietales sin más oropeles que lo que una buena uva, seleccionada y conveniente tratada, pueda dar de sí.
Los franceses (a ésos sí que habría que comprarlos por lo que valen y venderlos por lo que dicen que valen) llenan cada año los locales de comidas y los bares de chateo con su alegre: “Le nouveau Beaujolais est arrivé”; y todo el país, como un sólo hombre, a rasparse la garganta con el Beaujolais, a barnizarse las encías con el Beaujolais, a acidificarse el estómago con el Beaujolais. Como si fuera el elixir de la vida eterna o el bálsamo de Fierabrás. Aquí, sin embargo, con vinos mucho más matizados y redondos, mucho menos ácidos y tánicos, seguimos soñando con la madera. Como auténticos snobs “que saben, porque no beben el vino de las tabernas”. Los tintos del año manchegos o valdepeñeros son una oda a la sensatez. La dureza del clima, que impide una síntesis excesiva de antocianos, y la alcalinidad cálcica y potásica de los suelos, que produce mostos de escasa acidez total y liviano pH, generan vinos de dudoso futuro en la madera más allá de la crianza, pero de un brillantísimo presente para ser bebidos cuando la fermentación maloláctica ha concluido y las lágrimas de glicerol son visibles en la copa. El que hoy fotografío está elaborado en Tomelloso, patria del blanco Airén y pueblo donde se producen las mejores holandas de España, que luego irán a envejecerse tranquilamente a Jerez: no es mal destino el de la holanda; no es mal retiro de jubilación expectante. Por tres euros la botella, tenéis ante vosotros un vino más que decente, sin alharaca alguna y sin más tarjeta de visita que un color excepcional, la limpieza propia del humilde y la lealtad a la cencibel –de la que procede sin mezclas ni máculas– como metáfora de estas Tierras Raras. Manchega cordura fermentada. Honestidad embotellada. Vino del año.


14 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Buenos días, Don Protactínio. Guárdeme una copita para las 14, h., que vuelvo...es que con el sabor de magdalena no me parece apropiado...

12:04 p. m.  
Blogger Protactínio said...

"Un pollo italiano, un dulce poooollo"

(¿O era "Un tango italiano..."?)

((Con esto de la gripe, ya no sé.))

Laco: el tinto a las 14.00, supremo para acabar con el Helicobácter. Ni antibióticos, ni ná: sopicas y buen vino.

12:17 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Querido amigo, qué apetitoso post tiene hoy. Qué bien escrito. Qué sabíduría sana, saludable. Qué ganas de beber con Ud. una buena botella de tinto. Un abrazo.

12:18 p. m.  
Blogger El Sablista Escapista said...

Amigo Pro, usted es un sabio, por mas que lo que dice se cae por su propio peso. Como ya le he explicado, solo aspiro a beber un vino sin defectos ("redondo" que dicen los catadores). Huyamos pues de tanicidades rasposas, acideces impropias, aromas sulfurosos, carbónicos picajosos y excesos en la gradación. Viva la sencillez.

12:53 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Por refrescar el gaznate,
Torre de Gazate.
Para olvidar al orate,
Torre de Gazate.
El Atleti, gane o empate,
Torre de Gazate.
Para el prosista y el vate,
Torre Gazate.
Para el sano disparate,
la amistad... el gusto date
de beber...
Torre de Gazate.

(aquí le dejo la publicidad que me pidió, D. Prota)


Acero Mañas
c/ la vaya usted a saber,89
Madriz

1:38 p. m.  
Blogger Protactínio said...

¡Cojonudo, don Acero!

(¡Qué maña se da usted con los versículos!)

((Se lo ofreceré a Vinícola de Tomelloso. Si hay royalties, ¿qué le parece un 15% para mí como comisión?))

1:52 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hace, D. Prota. Ahora, me disculpe, que tengo al helicobácter pidiendo guerra y se va a enterar...un abrazo.

2:37 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

y el protos, don prota... como esta?? Se rumorea por ahi, que los jovenes del Duero, no estan nada mal...

6:17 p. m.  
Blogger Protactínio said...

Los jóvenes del Duero suelen ser, sobre tánicos, en exceso ácidos. Digo yo si, por el clima, les tiente lo psicodélico, no sé. En cuanto al Protos, es un gran vino: el que llaman Protos Joven Roble lleva algo más de media crianza, y la acidez y lo tánico se le matiza mucho. Vamos, que es un joven ya madurito y en edad de merecer.

8:54 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me quita un peso de encima.
Es el vino que a mí más me gusta y siempre me miran raro... Boyoléee
¡Leches!

10:03 p. m.  
Blogger COMANDO NORMA ALEANDRO said...

Gracias amigo por su elogioso concepto sobre nuestro blog y por linkearnos también. Nosotros ademas de humoristas somos bebedores, pero no especialistas como usted. Nos gustaría que nos comentara si conoce algun vino argentino y que opinión le merece.
Saludos

3:28 a. m.  
Blogger Protactínio said...

Prometida una sábana futura sobre vino argentino (que hay muchos y muy buenos).

(Por cierto, ¿sabíais que el Nano hace vino en Cataluña?)

9:14 a. m.  
Blogger Bartleby said...

Amigo Protactínio: si no es por usted, no me entero (de la subida a cubierta de "Negar el Gulag"). Muchas gracias (destaca Vd. por su bonhomía, bien escaso hoy)
Totalmente de acuerdo con su comentario, a propósito de ("12. Aún tiene intelectuales y acólitos de solapa vencida a los que preguntar, ¿qué fue del Gulag, oiga? Y responden, ¿el Gulag? …ah, sí, ese exceso."):
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Izquierda S.A.: justificaciones morales, mudanzas intelectuales. Gran profesionalidad: somos especialistas en importuras.

Esa es la almendra: el Gulag no fue un exceso sino una irremediable consecuencia de un sistema que pretende salvar al "género" humano ignorando (cuando no simplemente asesinando) al "ser" humano.
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Y pasemos a hablar de cosas igual de serias pero más festivas: le deje en OK Nickjournal un chivatazo que igual no lo es para un entendido como Vd., a saber: casa de la Érmita, el de la variedad Verdot (Jumilla)Es el más sudista verdot de Europa y uno de los más conseguidos.
El lunes le añado otras pistas que espero no sean aún autopistas ya rodadas por usted.

2:41 p. m.  
Blogger Bartleby said...

Protactínio:
Otros regodeos para el paladar:
1º) Pitacum, D.O. Bierzo (se van haciendo buenos vinos hasta en las macetas del balcón)
2º) Madureixa, de Valencia, zona Mogente o Fontanars dels Alforins, en las tierras de transición hacia Albacete. Tiene una 2ª marca, más barata y a veces mejor, que le diré.
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Corro a buscar sus secretos a voces: Flor de Pingus y Torre de Gazate. Mi tío era enólogo en Valdepeñas, pero en una época en que era difícil encontrar algún vino destacable. Es una D.O. que se ha quedado injustamente atrasada (en parte, por ellos mismos) respecto a otras antes de más granel, como Requena- Utiel.
¡Y qué decir del Priorato: hace tan sólo 12 años sólo se podía encontrar garnacha de 14º para convertirla en coñac de guisar. Ahí hay un magnífico vino hecho con el método kosher cuyo nombre sí quisiera recordar.
(Y ya me contará usted el secreto de su pericia informática para colocar como distintivo en su blog el Flor de Pingus: eso sí que es un signo de identidad... universal)
Saludos, LF

3:02 p. m.  

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