martes, marzo 07, 2006

Shiraz/Syrah


Si no fuera por que la ciudad de Shiraz, encaramada en los altos de Zagros, en Irán, se encuentra situada a casi 1500 metros sobre el nivel del mar, sería muy hermoso asignarle el origen histórico de este varietal. Desde Baba Taher a Saadi o Hafez, han sido muchos los poetas que han cantado a su brisa, refrescante en verano, dúctil y suave en sus irónicamente templados inviernos, y a la franca amistad de sus gentes. Aún hoy, Shiraz conserva uno de los mejores conjuntos universitarios de Irán: seis son sus Universidades, incluyendo la perla de la corona académica del Sha, la antes llamada Universidad Pahlavi, hoy Shiraz University a secas. Bien es cierto que la región de Shiraz produce uva; mas, quizá debido al religiosamente obligatorio estado abstemio de los musulmanes, se trata de uvas de mesa, poco o nada aptas para la vinificación y la alegría.
En la más agnóstica y enófila Europa, fueron los franceses del Ródano los primeros en producirla. Según sus investigaciones genéticas, se trataría de una variedad hija de la Mondeuse blanche (madre, o progenitor B) y la Dureza (padre, o progenitor A). Ojo a la Mondeuse Blanche, así llamada porque su importante cantidad de pruína confiere a los granos un aspecto externamente blanquecino, casi lechoso: se trata, sin embargo, de una variedad tinta, al igual que la Dureza. Estamos, pues, ante un flagrante caso de acoplamiento, coyunda o matrimonio homocrómico donde viene, como anillo al dedo, la reciente, aséptica y correcta denominación de “progenitor A/B” en lugar de la premoderna y, sin duda, homófoba “padre/madre”.
Han sido, sin embargo, los australianos los que, sobre fomentar la denominación Shiraz frente a la afrancesada Syrah, han elevado a categoría de soberbios los, en general, previamente sólo decentes Cotes du Rhône. Los Aussies han enseñado al mundo cómo vinificar una variedad aparentemente recia, tánica y un tanto propensa a la sobremaduración a base de vendimiar en su momento y dar el muy necesario, aunque sutil, toque de madera. En España estamos acostumbrados al tratamiento de varietales más o menos semejantes: mencía, garnacha fina o, atención, monastrell jumillera son vidueños con similares potenciales y flaquezas. No es, por ello, sorprendente que el mercado vinícola ofrezca, en nuestra patria, un ramo muy selecto de Shiraz entre los que me permito citar los siguientes: Valtosca, de Casa Castillo, Jumilla; Syrah, de Dehesa del Carrizal, Montes de Toledo; Nuestro Syrah, Manuel Manzaneque, Finca Élez; Dominio de Valdepusa Syrah, Marqués de Griñón, Montes de Toledo; Monasterio de Santa Ana, Casa de la Ermita, Jumilla. Se trata, en todos los casos, de vinos de alta capa, muy untuosos, de lágrima persistente y que llenan la boca. No tienen la sensación matizadamente frutal de los cencibel de media crianza pero, en cambio, resultan mucho más potentes en la boca. Un defecto desgraciadamente común a ciertos Shiraz poco hechos es la persistencia tánica, que llega a resultar –en casos extremos– desagradablemente arisca. Los que cito, sin embargo, están domeñados por la fusta del roble correctivamente aplicada en su medida: su picadero ha sido el necesario y son vinos perfectamente gobernables. Como un buen caballo. Como un buen hombre.

14 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Buenos días, D. Prota. Veo que le sienta muy bien la pajarita y la vida le trata con felicidad...un vino a su salud y porque hoy he dejado ya el tratamiento contra el Helicobácter...

12:49 p. m.  
Blogger Protactínio said...

¡Cuánto me alegro, don Laco!

(Lo de la vida, es rigurosamente cierto, amigo: claro que yo procuro tratarla a ella igualmente bien. No me permito vinos malos ni malas compañías.)

((Y, de momento, el Helicobácter me ha respetao, oiga...))

1:01 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Lo prometido era deuda. Ya hemos tenido ocasión gracias a su generosidad, amigo Protactínio, de catar y comentar la Syrah como varietal. ¿Que le parece la propuesta investigada y comercializada de suavizar la persistencia tánica y mejorar la sensación frutal si se combina con Cabernet Sauvignon?
Lo he probado en un vino de mesa, el Equus (tempranillo, cabernet y syrah)y sobre todo, de la misma bodega, el Viña Santa Marina 2000, vino de la tierra con cabernet sauvignon y syrah y cuatro meses en barrica de roble. Para mí, rojo cereza, olor frutal, nada áspero, suave con toque de madera y frutos secos. Por su precio,incluso armonioso,pero ya sabe que el de la triste figura es un sentimental.

1:10 p. m.  
Blogger Protactínio said...

Manzanilla de Sanlúcar, Verse. "La guita" o "La gitana". En su punto de frío. ¡Cómo me gustaría catar ese lomo!

("...y un maestro en refrescar manzanilla...")

((Como don Guido.))

1:28 p. m.  
Blogger Protactínio said...

...átala con la guita, y no la sueltes.

1:39 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Don Prota. Me gustaría que me recomendara un vino tinto bueno no muy ácido y barato para acompañar las comidas, que sea fácil de adquirir y alegre el decaído espíritu. Casi ná. Muchas gracias.

2:11 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

"Un administrador del blog ha inhabilitado nuevos comentarios para esta entrada".
Maese Pa: esto figura en los comentarios de la canción.
(Por lo que me toca, gracias)

2:11 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

y alegre al decaído...

2:19 p. m.  
Blogger Bartleby said...

Añado a su lista otro Syrah: Casa Don Ángel, Requena-Utiel, se hace querer y es razonablemente diabólico. Con él uno olvida a sus progenitores y mediante su debido uso recuerda a sus padres.
(Aprovecho para darle razón de mi cambio de piel hacia Bartleby, olvidando ese postizo y repelente Librepensar que una hada informática, su cocinera, me puso)

2:58 p. m.  
Blogger Protactínio said...

Querido Lacónico: le doy uno que se encuentra en Lavinia (que hay en Madrí): Canforrales Tempranillo 2005, 2.95 € la botella. Extraordinario.

(Uno de los top 10 de Lavinia.)

5:52 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Querido Prota: suena a nombre de buen vino. ¿probaste el Altazor del 2000?
Le digo que acabamos de finiquitar un cosechero de Tarancón muy, muy regular. Un shiraz que encontramos marchó a la mitad. No estamos con suerte. Quedan los cencibel

6:02 p. m.  
Blogger Protactínio said...

¿De qué bodega era el de Tarancón?

(Tampoco está mal para vino, no: Altazor 2000 Cabernet Sauvignon/Tempranillo/Merlot. Nada mal, Sarapo.)

6:13 p. m.  
Blogger El Sablista Escapista said...

¿Puede ampliar lo del parentesco de la Shiraz con la Mencía? No lo tengo claro

8:12 p. m.  
Blogger Protactínio said...

Querido Marqués, no me refiero tanto a parecidos vínicos como vitíferos. Ambos varietales tienen un desarrollo fenológico parejo -cultivadas, no hay que decirlo, en situaciones parecidas-, las dos son, en su madurez, ricas en pruína, el contenido en antocianos es muy similar y son de fácil sobremaduración si se vendimian un poquito tarde. El vino de Mencía, joven, es más frutal (¡qué duda cabe!) y, quizá, algo menos astringente. Pero la evolución trás la crianza puede considerarse pareja: poca pérdida de color, necesidad de aireación, y un "tomar la madera" similar. (Tratados, insisto, en condiciones equiparables.)

(Interesantísima cuestión, amigo.)

8:33 p. m.  

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